lunes, 9 de abril de 2012

Los excesos del barroco:Las exequias de Carlos III en Guanajuato

El 14 de diciembre de 1788 muere el rey Carlos III, el aviso de su muerte se manda a todo su reino, incluidas las posesiones de ultramar en las cuales se organizan monumentales honras fúnebres en su honor; se llegaba, en buena medida al pináculo de los excesos de al fiesta barroca. El padre Marmolejo consigna los hechos de este modo:

Abril 2 de 1789.-
Se publica en Guanajuato, por solemnísimo bando, la noticia de la muerte del rey Carlos III, y todos los edificios públicos y particulares se adornan con festones fúnebres. La Gaceta de México (Tom 3, pg.285) habla de este bando en los términos siguientes: -Guanaxuato, 8 de abril de 1789.- La mañana del 2 del corriente a las diez salió el ilustre ayuntamiento de esta ciudad, formado baxo de mazas de a caballo, con el Escribano á su frente, y precedido de los Timbaleros, Clarineros y Ministros de Vara, todos vestidos de riguroso luto, a fin de hacer notoria por un Bando, en los parages acostumbrados, la sensible muerte de N.C.M. el Señor Don Carlos III que santa gloria haya; cerrando el funesto acompañamiento la Compañía de Granaderos de la Legión del Príncipe con armas y música a la funerala. Siguieron a la publicación las campanadas del estilo y cañonazos acostumbrados, y concluido el término de la vacante, siguió el doble general de las horas correspondientes. Con éste motivo tan lamentable fue numerosa la concurrencia, el amor de los vasallos ha dado las más evidentes pruebas de dolor, manifestándolo luego en los lutos rigurosos que visten, con arreglo a las órdenes del Superior Gobierno".

La vida barroca de la corte de Carlos III fue captada en esta escena cotidiana de la comida familiar. Obra que se expone en el museo de El Prado en Madrid.

26 de agosto de 1789.-
"Se verifican en Guanajuato las exequias del Rey Carlos III con una pompa y esplendor verdaderamente memorables. He aquí la descripción que hace la Gaceta de México (Tomo 3, pg.395) de esta fúnebre solemnidad".

La ciudad estaba conmovida por varias cosas, indudablemente por la muerte del Rey, pero también por la sorpresiva salida que los jesuitas habían hecho luego de la Pragmática Sanción de 1767 en la que fueron expulsados de los dóminos de, precisamente, Carlos III. En Guanajuato los jesuitas habían dejado profunda huella, tan honda que el Santo Patrono de la ciudad era precisamente el fundador de la orden de la Compañía de Jesús, San Ignacio de Loyola y ahora, en las exequias del Rey, se convocaba a la población a asistir al Templo de la Compañía a cargo de los Filipenses, para la fúnebre celebración. Además la ciudad se encontraba imbuida en la Novena en honor a San Ignacio. Irónicas coincidencias se presentaban...

"Guanaxuato 31 de agosto.- El día 26 del que termina, después de la plegaria de las doce, se dio principio en esta Ciudad a la celebración de las Honras de N. Augusto Monarca el Señor Don Carlos III (que esté en gloria) con repetidos clamores de campanas en todas las Iglesias y Capillas, a que acompañó de cinco en cinco minutos un tiro de cañón por una hora.

Conmovida la Ciudad por estos fúnebres avisos, se repitieron iguales clamores a las quatro de la tarde, y con agregados en las casas del Ayuntamiento, con luto riguroso, los individuos que lo componen, presidiendo su Intendente Corregidor el Sr. D. Andrés Amat de Tortosa; los Ministros de Real Hacienda; oficialidad de la Legión Mixta del Príncipe; Administradores y Empleados de Rentas Reales y Republicanos distinguidos, se dirigieron a la magnífica y suntuosa Iglesia que fue de los ex-Jesuitas, señalada para las Exequias por ser la más capaz, estando ya sus puertas y naves ocupadas de número competente de Granaderos con armas a la funerala, para contener al atropado pueblo que ocurría, y que contribuyese a la mayor solemnidad del acto, el orden y concierto.


Fueron en todas y cada una de las ciudades importantes del Nuevo Mundo en donde se hicieron solemnes exequias a Carlos III, vemos en la fotografía el libro que sobre el tema se escribió en Lima, capital de Virreinato del Perú.

"Iluminada la magnífica Pira, de que se dará razón, y habiendo tomado sus respectivos asientos , así el lúcido acompañamiento expesado, como las sagradas comunidades con sus RR Prelados y Venerable Clero, se cantaron las Vísperas con la mayor solemnidad por un coro bien completo de instrumentos y voces, y concluidas, ocupó el púlpito el Br. D. Pedro Regil y Velasco, Rector del Real Colegio de la Purísima Concepción de ésta ciudad, desempeñando la Oración fúnebre latina a satisfacción del responsable auditorio, con que dio fin a la primera función retirándose al expresado acompañamiento, y quedando por una hora iluminada la Pira para que todos la viesen".

"A las ocho de la mañana del día siguiente repetidos los expresados clamores de campanas, comenzaron los Responsos de las Sagradas Comunidades, Congregaciones, Cofradías y V. Orden Tercero, ministrándole luces a todos: abriose colectura general para cuanto sacerdotes quisiesen celebrar, con limosna de un pesos en las primeras horas, y de tres durante la Vigilia, formose la Compañía de Granaderos y como doscientos hombres de Infantería de la Legión Provincial delante del Cementerio: congregándose el mismo acompañamiento de la tarde anterior; y tomados sus asientos se cantó la Vigilia con la misma solemnidad que las Vísperas: siguió la misa que cantó el Lic. D. Felipe Guzmán, cura segundo de la principal parroquia haciéndose a los tiempos debidos descargas de Ordenanza; y terminada se procedió al Sermón, que formó en los quatro días anteriores por haberse enfermado el sugeto encargado, el RP Fr. Felipe del Rosario, del Sagrado Orden de Betlemitas, desempeñandolo con igual acierto que en el Orador latino; y habiéndose repartido velas encendidas a todo el V. Clero y Regidores asistentes, concluyó la función con los cinco responsos acostumbrados, que cantaron quatro sacerdotes distinguidos y el expresado párroco, restituyéndose el lucido acompañamiento a las Casas del Cabildo, en cuya Sala Capitular, que estaba vestida de luto, correspondió el gefe principal con las expresiones de su fina política, a la muy insinuante del dolor que todos demostraban por la pérdida de un Rey, a cuya sombra prosperaron tanto esta Ciudad y minas.

Situóse la Pira perpendicularmente bajo del Cimborrio, con todas las dimensiones y tamaños proporcionados al estilo moderno, y los más vivos colores de la perspectiva: ocupaba la parte dominante la Fe, como Timbre y Armas de esta N.C.; y en las quatro principales columnas semejantes al mármol blanco y orleadas de oro, representadas en otras quatro estatuas la Religión, la Piedad, la Devoción y la Justicia, todas con sus insignias alusivas y alumbradas de quatro cirios de a quatro libras, cogiendo entre ellas las quatro escaleras ovaladas de los frentes donde subía.

El cenotafio ocupaba con sus bases el medio del Mausoleo pintado de color de rosa amortiguada con jazpes negros, viéndose en el interior magestuosamente dispuestas, las Armas Reales, la Corona Imperial, los dos Mundos, y una faja tirada a las dos columnas con el mote Plus Ultra, tarjas y trofeos de la muerta, por los principales frentes blasones; y en la propia forma representados primorosamente, con los escudos de armas respectivos los reinos de España, Francia, Alemania, Portugal, Nápoles y Cerdeña, y los ducados de Toscana y Parma; dándole alma a tal variedadde adornos y geroglifos un numero excesivo de poesías latinas y castellanas: obra a la verdad digna en todas sus partes del mayor elogio, y con que un hijo de esta ciudad, residente en la de Roma quiso se desempeñase su patria en esta ocasión; dirigiéndole en tiempo oportuno, así el modelo de la Pira como sus poéticos adornos.


"A los quatro frentes del túmulo estaban quatro blandones o acheros con nueve grandes arbortantes cada uno, sobre sus correspondientes pedestales, adornados de fúnebres matices sobre color azulfurado, que ocupaban ocho cirios de otras tantas libras cada uno, y el último de media arroba, y más cercano a la Pira otros quatro baldones de plata con achas de a diez libras a que acompañaban a los lados ocho cirios de otras tantas libras. A los doce apóstoles de bulto que ocupaban las altas pilastras del Templo alumbraban veinte y cuatro achas de dos libras; a las cornisas y pasa manos de su capilla mayor, velas de a una y de a dos libras, al Panteón del Altar mayor seis, a los de sus ocho Capillas quatro y al Altar portátil, delante de la Pira, seis: componiendo toda esta iluminación con la de la barrandilla del coro, sus balcones, y la de veinte y dos candiles de plata , de diversa magnitud, que se colocaron en los lugares correspondientes, en número de setecientas treinta y dos luces.

Estas solemnes demostraciones de amor y gratitud, las recordó el ilustre ayuntamiento por medio de sus Regidores Comisarios D. Felipe Fernández de Riaño y D. Jospeh Hernández Chico, quienes desempeñaron sus confianzas con la actividad y eficacia que indican estos aportes, por no ofrecer más campo el carácter del papel en que van los hechos".


Las imagenes que estamos viendo las tomé de varios sitios electrónicos, en ellas aparecen las Piras y Túmulos que en diferentes ocasiones se levantaron en distintos sitios de España para las honras fúnebres de alguno de los reyes o reinas en turno, las incluyo aquí para darnos una idea de lo que se levantó en Guanajuato, sitio que, como lo leímos, estaba agradecido a Carlos III por la prosperidad que hubo y el, digamoslo así, apoyo a la minería. Tal fue así que los acaudalados mineros organizaron otras exequias en donde el lujo tampoco tuvo límites.

2 de octubre de 1789.-
La minería de Guanajuato hace otras nuevas y solemnes exequias a Carlos III respecto de las cuales se expresa así la citada Gaceta (Tom 3, pg. 414).
Guanaxuato, 13 de octubre.- Para dar la más visible prueba de su gratitud y reconocimiento hacia la Real Persona del difunto Monarca, por los singulares y repetidos beneficios que dispensó a toda la Minería de este Reyno, dispuso el Noble Cuerpo de este opulento Mineral, celebrar sus Reales Exequias con cuanta pompa correspondía como lo verificó el 2 de corriente en el amplísimo templo que fue de los ex Jesuitas. Valiose para ello de la misma Pira que construyó la N.C., pero mandando sus colordios, adornos, geroglíficos y poesías, todo con alusión al Cuerpo que la erguía. Autorizolas con la diputación el Sr. Intendente Corregidor, Ilustre Ayuntamiento, Ministros de Real Hacienda, V. Clero, Comunidades Religiosas, Oficialidad y Particulares distinguidos, procediendo el correspondiente convite; y así en la solemnidad de los dobles, iluminación, música y demás propio tales funciones, procuró éste ilustre cuerpo hacer efectivos sus deseos en orden a hacer una brillante ostentación de la lealtad y amor que lo animaba. Fue Orador el R. P. Fr. Felipe del Rosario del Sagrado Orden de Betlemitas".

Fuente:
Marmolejo, Lucio. Efemérides Guanajuatenses. Imprenta del Colegio de Artes y Oficios. Guanajuato, 1883

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