miércoles, 9 de marzo de 2011

Hacienda de Buena Vista, municipio de Saltillo, (Universidad Narro), Coahuila. Cabeza número 183.


El crecimiento que ha tenido la ciudad de Saltillo ha ido incorporando las Cabezas de Águila que se fueron distribuyendo a lo largo de la ruta en esta parte sur del estado de Coahuila, dejando la que se asignó para la ex hacienda de Buena Vista en lo que actualmente es la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.

Por disposición testamentaria de fecha de 10 de julio de 1912, Don Antonio Narro Rodríguez legó al morir toda su fortuna, consistente en la Hacienda de Buenavista y distintos créditos con valor de 70,000 pesos, para el establecimiento de una Escuela de Agricultura. Así, el 1 de marzo de 1923, la Escuela Regional de Agricultura inicia su periodo escolar.


Hidalgo se encontraba ya muy cerca de las goteras de la población norteña de el Saltillo, leemos lo siguiente: “Marzo 5, 1811. El cura de Dolores hace su entrada a la ciudad de Saltillo, previamente recibido por fray Gregorio de la Concepción (o sea fray Gregorio Molero Piña) a dos leguas de distancia, con 200 dragones, contingente que lo acompaña a la ciudad de referencia, así como el torero Agustín Marroquín, quien funge como su ayudante y secretario privado.


Es esta ciudad de Saltillo en donde el padre Hidalgo recibe por cordillera el indulto expedido desde octubre de 1810, por las Cortes Españolas a favor de las colonias sublevadas y promulgado hasta esta fecha por el virrey Francisco Javier Venegas, quien después de los triunfos alcanzados por el ejército realista en Aculco, Calderón, Tepic, San Blas, etc., consideró oportuno ofrecerles al caudillo y demás jefes comisionando para ello al realista José de la Cruz, a efecto de que se acogieran a tal gracia.


En esta misma ciudad, el cura Hidalgo renuncia por escrito a la jefatura del ejército Insurgente, publicando previamente una proclama que se distribuye y fija con toda profusión, anunciando encontrarse en esta población, no quedando persona alguna de los particulares que no fuera a saludarlo, saliendo todos ellos muy satisfechos y convencidos de que no era un hereje como lo pregonaban los españoles, sino una persona humilde, bondadosa y llena de fe cristiana”. (1)

Nota: como oscura casualidad encontramos que justo en el Bicentenario de la llegada de Hidalgo a Saltillo, la ciudad está inmersa en situaciones por demás lamentables. La carta del actual Rector de la U.A. Narro nos lo deja ver claramente.

Fuente:

1.- Jiménez de la Rosa, Felipe. Ruta de Hidalgo 1810-1811. Lápiz y Papel de México. México, 1960.

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