domingo, 30 de octubre de 2011

miércoles, 26 de octubre de 2011

Las placas conmemorativas al Centenario del natalicio de Benito Juárez, 1906.

Si bien este blog está dedicado a la Ruta de Hidalgo y, en general, a la figura del Padre de la Patria, quiero compartir estos datos contigo ya que los considero de interés, esta placa que vemos la encontré hace poco en la población guanajuatense de Jaral del Progreso. Me llamó la atención porque la había visto ya en varios poblados no solo de Guanajuato sino de varios estados más, su forma es bastante particular. Nunca le había dado la debida atención hasta ahora. Resulta que, dentro del furor profiriano que se vivió en los años previos a los festejos del Centenario de 1910, hubo uno que se organizó para recordar el Centenario del natalicio de Benito Juárez en 1906; en buena medida esto fue un ligero ensayo a lo que serían cuatro años después las Fiestas del Centenario.

"La nueva ritualidad estatal del Porfiriato, los homenajes y festejos a los héroes nacionales y a la bandera nacional se divulgaron en escuelas, fábricas y talleres. Poemas patrióticos se difundieron masivamente, mitos e inventos -por ejemplo sobre los niños héroes-, música marcial y nacional se tocaba en los kioscos (Hernández Silva 1998, 1999). Especial importancia tuvieron las figuras heroicas de Cuauhtémoc, el padre Hidalgo y Benito Juárez. Con razón subraya Mario Camarena que éste último representaba el mito de la lucha contra los franceses y la Reforma. Esta encarnaba los principios de justicia, libertad, ley, igualdad y fraternidad (Camarena 1995:73). En 1905, por ejemplo, los gobernadores promovieron ampliamente por órdenes del presidente, los festejos del centenario del natalicio de Benito Juárez. En todos los municipios debería promoverse el festejo, decían las recomendaciones a los jefes políticos y debían de formarse comités de organizadores para ellos". (1)

Fuente:

1.- Von Metz, Brígida, Coord. Identidades, estado nacional y gobernabilidad. México siglos XIX y XX. Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Atropología Social. México, 2000.

viernes, 21 de octubre de 2011

La imagen de Hidalgo en los timbres postales.

  Así como aparece en repetidas ocasiones y emisiones el busto de don Miguel Hidalgo y Costilla en las monedas mexicanas, también lo encontramos a lo largo de la emisión de timbres (o sellos) postales, leemos en el sitio oficial de Correos de México que "En México, dieciséis años después, en el gobierno del Presidente Ignacio Comonfort, se estableció mediante decreto del 21 de febrero de 1856, la impresión de las primeras estampillas postales, mostrando la efigie de don Miguel Hidalgo y Costilla, mismas que se pusieron en circulación el primero de agosto de ese mismo año. El diseño y grabado, realizados en una placa de cobre, técnica conocida como huecograbado, estampado sobre papel blanco unido, de diversos gruesos, son obra de don José Villegas, hábil y célebre dibujante, Jefe de la Oficina del Sello de Estampas e Impresos del Gobierno.

  La estampilla original fue impresa en hojas de sesenta ejemplares, cada una en diez hileras de a seis, para recortar a mano con tijera. El busto de Hidalgo se enmarca en un óvalo orlado; en la parte superior tiene la leyenda "Correos Méjico" y al calce su valor facial: medio, uno, dos, cuatro y ocho reales. En su impresión se utilizaron tintas azules, naranja, verde, rojo y lila, respectivamente para diferenciar el precio.

  La impresión de esta emisión constó de cinco valores: ½ Real (azul), 1 Real (amarillo), 2 Reales (verde esmeralda), 4 Reales (rojo) y 8 Reales (lila), estas estampillas fueron validas hasta el 18 de abril de 1861, cuando se puso en circulación la Emisión de 1861 formada por 7 valores, para su impresión se uso el mismo diseño con la efigie de Hidalgo; para 1864 se puso en circulación por muy poco tiempo la Emisión Revolucionaria de Juárez, que tenía la efigie de Hidalgo de ¾ de perfil izquierda".

  Se piensa que este fue el segundo timbre que se emitió en México, luego de los emitidos durante el Segundo Imperio, el de Maximiliano; en donde aparece la imagen de don Miguel Hidalgo. El dato que alcanzamos a ver en esta imagen, que es muy borrosa, dice ser de 2 centavos pero no se ve la fecha en que fue emitido.

  En este caso el matasellos del timbre a la derecha está fechado el 6 de enero de 1915, en plena convulsión revolucionaria. En el timbre ya aparece la leyenda de "Correos México" y tiene un valor de 5 centavos.

  Este otro timbre me parece de lo más curioso. Apenas me entero de su existencia al consultar recientemente el blog argentino Álbumes de Estampillas, de donde, por cierto, tomé casi todas las imágenes que aparecen en este artículo; dice Pro Dolores Hidalgo y su valor es de 1 centavo. Fue emitido en 1940 y 1941. Todo indica que para financiar un monumento al Padre de la Patria.

  Para 1953, el emblemático "Año de Hidalgo", se emitió el timbre conmemorativo al II Centenario del Natalicio de Miguel Hidalgo; me llama la atención el perfil de tres cuartos que usaron de él, con nariz respingada y pómulo muy marcado, siendo que la imagen que de él se conservaba era otra. Quizá sea esta la única que de él hay en tres cuartos.

  De este timbre conmemorativo al Sesquicentenario habíamos dado ya cuenta, pero no contaba con una imagen de él, solamente la que apareció impresa en el periódico de septiembre de 1960. Este sello, estampilla ó timbre, tiene la característica de haber sido una emisión conjunta de México y los Estados Unidos.

  Para concluir por ahora el tema de los timbres, vemos un "tres-en-uno". Esto quiere decir que el primero que aparece, a la izquierda de medio real, fue el primer timbre que se emitió en México, esto en 1856. Para 1956 se emite un "timbre sobre timbre" de 30 centavos que recrea el primer diseño sobre uno nuevo, esto para celebrar el Centenario de esa emisión y la Exposición Filatélica Internacional. Para 1963 vemos el "timbre, sobre timbre, sobre timbre" con valor de 1 peso y que se emitió en relación a la 77ª Convención de la Sociedad Filatélica Americana.

  De los timbres emitidos de la década de los setenta del siglo XX a la fecha no me ha sido posible identificar si hubo más emisiones en donde aparezca don Miguel Hidalgo, sé que hubo una en los timbres del Bicentenario, pero, como cada vez son menos (o inexistentes) las cartas con timbres y cuando voy al correo me topo con la novedad que ahora hay "stickers" me ha sido imposible conseguirlos.
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  "El Servicio Postal Mexicano continuaba regiéndose con las antiguas ordenanzas españolas. Consumada la Independencia, el correo sufrió varias modificaciones.

  "La implantación de los sellos de correo para el franqueo de la correspondencia, se debió al decreto lanzado por el Presidente de la República, general Ignacio Comonfort, el 21 de febrero de 1856. Se tomó como tema el retrato del prócer de la Independencia don Miguel Hidalgo utilizando los servicios del Grabador Villegas quien ejecutó la obra en acero cuando era jefe de la oficina impresora del gobierno. A pesar de que el grabado tuvo fino acabado, las impresiones fueron defectuosas.

  "En 1876 el correo continuó efectuando modificaciones en su sistema, lo que le valió a México para ingresar en la Unión Postal Universal en el año de 1878. Durante los años de 1893-1894, nuestro país hizo acto de presencia  en el Congreso Postal celebrado en Berna, donde se hicieron notables modificaciones en el sistema mundial.

  "En 1861 se hizo una nueva emisión de timbres con el retrato de Hidalgo. En 1864 aparecieron los timbres con el retrato de Maximiliano y el del águila imperial. En 1867 el presidente Juárez hizo otra emisión con el retrato de Hidalgo. De 1877 a 1882 se hizo una emisión con el busto de Juárez.

  "En 1895 el gobierno del general Porfirio Díaz hizo una emisión de estampillas en las que aparecen la diligencia, el ferrocarril y otras alegorías. En 1899 aparece por primera vez en la historia de la filatelia, el águila mexicana siendo de distintos colores los timbres postales" (1)

Fuente:

1.- Casasola, Gustavo. México, 6 siglos de historia gráfica. Editorial Gustavo Casasola. Tomo 3. México, 1979. p.


miércoles, 19 de octubre de 2011

La inauguración del monumento a Hidalgo en Dolores Hidalgo, Guanajuato, 1891

La fotografía que vemos es meramente ilustrativa, ya que fue tomado durante la Conago de abril, 2010 justo a un lado del monumento a Hidalgo levantado por decreto de don Benito Juárez y que no se pudo concretar hasta entrado el porfiriato. Es obra del escultor Manuel Noreña (1843-1894), que fuera el mismo artista que ejecutara la escultura de Cuahutémoc en el Paseo de la Reforma en la ciudad de México. Leemos entonces que...

"En la ciudad de Dolores Hidalgo, a 16 de septiembre de 1891, reunidos en esta plaza de la Independencia a las diez y media de la mañana las personas que firman al calce con el objeto de inaugurar el monumento que la República, en cumplimiento al decreto de 6 de julio de 1863 ha levantado á la memoria del inmortal caudillo de Dolores, del más preclaro hijo de la Patria, de su más valeroso defensor Miguel Hidalgo y Costilla, se verificó solemnemente la entrega que de dicho monumento hizo el Sr. Ingeniero D. Vicente Reyes, en representación de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas al Estado de Guanajuato, representado por el Sr. Gobernador interino Dr. José Bribiesca Saavedra, quien en ese acto mostró al pueblo la estatua del héroe de Dolores, descorriendo la bandera tricolor que la envolvía y victorió la Independencia Nacional.

Para constancia, se extendió la presente acta.
José Bribiesca Saavedra.

El Ingeniero constructor, Vicente Reyes; Lic. Carlos Robles, Diputado; Lic. D. Manuel de Anaya, Diputado; Lic. José Ezcurdía, Diputado; Abraham Lozano, Diputado; Lic. Ignacio Albarrán, Magistrado del Supremo Tribunal de Justicia; Lic. Manuel Cervantes, Juez de Distrito; Miguel Noreña, escultor; Eduardo Concha, ayudante; Manuel Plowers, Jefe de Hacienda; Juan García, Visitador de hacienda; Pedro González, Jefe político de Dolores Hidalgo; Lic. Ciro Gómez, Juez de Letras de idem; Homobono González, Jefe político del Departamento de Allende; Jesús Marmolejo, Jefe político del de la Sierra Gorda; Crescencio González, Director del "Periódico Oficial"; José García Plaza, Juez de letras de San Luis de la Paz; F. Fernández, Receptor. F. García Rosales, Agente fiscal; L. Bolado Garza. Administrador Principal de Rentas de Allende; Manuel Flores Alatorre, ayudante del C. Gobernador Constitucional; Vicente Alberto Jiménez, Administrador del Timbre; Lic. RAmón Rendón, Escribano público. Andrés Martínez, Telegrafista federal; S. Vallejo, Juez civil; Juan Cruz Aedo, Inspector del Registro Civil; C. Martínez, Tesorero Municipal; Julio Roa, Secretario de la Jefatura y del Ayuntamiento; R.A. Cano, Director de la escula del Estado; Tenienet Ángel Rivera, ayudante del C. Gobernador; Benjamín Méndez, Ángel Jiménez, Carlos Galván, R. Jiménez, Juan Vía, Un hijo de Chihuahua, Pedro Larrea y Cordero, Alberto Rivera, Antonio Bribiesca, Baltasar Barrones, Presidente de la Junta Patriótica; Anastacio Verduzco, Juez Municipal. M. Patiño, Francisco de P. Stephenson, Leopoldo Baborde, Teniete Coronel".

Fuente:

Creo que este libro digitalizdo en tan solo 7 páginas, es el de Apuntes de la Historia de Dolores Hidalgo de Pedro González, sin embargo no lo puedo asegurar pues no hay referencia. Si te interesa leer el discurso completo de lo que se dijo durante la inauguración del monumento, entra aquí.

domingo, 16 de octubre de 2011

La moneda de veinte pesos con la efigie de Hidalgo, 1993

1993 fue el año anterior al cataclismo que sacudió a México. Me refiero a que el 1 de enero de 1994 fue cuando su su irrupción el EZLN, luego, el 23 de marzo sería el asesinato de Colosio y supongo qué lo que siguió ya lo conoces... bueno, esta moneda fue de las últimas que se emitieron en donde contenían plata, en este caso, 1/4 de onza. Se emitió hasta 1995. Sería luego, en 2000, que aparecería una moneda más de 20 pesos, presentando a Xiuhtecuhtli, vendría después la de Octavio Paz, estas últimas ya sin plata y solo con cuproníquel.

jueves, 13 de octubre de 2011

Un certificado extendido a don Miguel Hidalgo, 1773.

Certifico en la mejor forma, que puedo, devo, y el derecho me permite, que siendo yo Chatedratico de Moral en el colegio de Sr. Sn. Nicolas Obispo cursó el Br. Dn. Miguel Hidalgo y Costilla un curso un mes y un dia segun preven los estatutos de la Rl. Universidad de Mexico: y para que conste donde convenga a dho. Br. doy esta en la Ciudad de Valladolid en veinte dias del mes de Abril de Mil setecientos setenta, y tres años.

B. Phe. Guzman.
(Rúbrica.)

Fuente:

Boletín del Archivo General de la Nación. Tomo I. Septiembre - octubre 1930. Número 1. México. p. 18.

Y esta es una firma autógrafa de don Cristóbal Hidalgo y Costilla. Tomada del libro de Luis Castillo Ledón.

domingo, 9 de octubre de 2011

El monumento a Miguel Hidalgo en Toluca retratado en un billete

225.- Habíamos comentado alguna vez que el monumento a Miguel Hidalgo en Toluca es uno de los "cabalgantes", si bien no es una estatua ecuestre, se ha movido como si el equino existiera. Me sorprendió encontrar en la colección de billetes de un buen amigo, el Sr. José Bravo, éste emitido en 1915 en Toluca, tiempos en que el Gobernador Provisional del Estado era don Gustavo Baz.


sábado, 8 de octubre de 2011

Hidalgo, su huella perenne en el mapa de México.

Este es el mapa de la Nueva España, si bien le falta la parte de las Filipinas, la cual se controlaba desde la ciudad de México. La vastedad del territorio novohispano era tal, que, sencillamente, no era conocido; como quiera nuestro Gran México ya estaba aquí. Ese México que ahora sufre, que ahora llora, que ahora, pacientemente, como siempre, espera a que, un día, un buen día llegue la paz y todo sea prosperidad... ¿será posible? lamentablemente en mi generación no. Soy sincero.

Pero no venimos aquí a lamentarnos de lo que es México hoy día, sino a conocer nuestro México, el México bello, el México sano, el México lleno de vida, de color y de pasión. Hoy veremos a México desde el punto de vista de la hidalguía que solo un hombre, un gran hombre le pudo haber impuesto a nuestras conciencias. Tan así ha sido que su nombre está permanentemente por todos lados de nuestro México. Sea así que hoy veremos las huellas de Hidalgo, su nombre en nuestro país:

Agusacalientes: Pabellón Hidalgo.
Baja California Norte: Villa Hidalgo.
Chihuahua: Hidalgo del Parral
Chiapas: Ciudad Hidalgo
Chiapas: Frontera Hidalgo
Coahuila: Hidalgo
Distrito Federal: Delegación Miguel Hidalgo
Durango: Villa Hidalgo.
Estado de México: Tejupilco de Hidalgo
Guanajuato: Dolores Hidalgo.
Guanajuato: Corralejo de Hidalgo
Hidalgo: Estado de Hidalgo

Jalisco: Villa Hidalgo
Michoacán: Ciudad Hidalgo
Nayarit: Villa Hidalgo
Nuevo León: Sabinas Hidalgo
San Luis Potosí: Villa de Hidalgo
San Luis Potosí: Salinas Hidalgo
Sonora: Villa Hidalgo
Tamaulipas: Hidalgo.
Zacatecas: Villa Hidalgo.

Lamentablemente hoy día el mapa de México es el mapa del narcotráfico... triste pero así es.

viernes, 7 de octubre de 2011

La figura de Hidalgo en la pantalla.

Desde hace mucho la figura de Hidalgo ha sido llevada a la pantalla, primero la grande, luego la chica. Ha sido planteado desde la versión oficial como el Padre de la Patria, hasta el alegre y jovial en una versión un tanto cuanto más íntima. Al final cada quien se queda con la versión que más le agrada del héroe patrio. Aquí presentamos tan solo una muy corta lista de lo mucho que de él se ha hecho.

En 1942 Julio Bracho dirigió La virgen que forjó una patria, seguramente la primera película que abordaba el tema, si bien, no enfocado a la gesta de Hidalgo, sino a las milagrosas apariciones, es el propio cura de Dolores quien introduce al público en la historia de lo sucedido en el Tepeyac. Esa vez fue Julio Villarreal, actor de origen español, quien interpreta el papel de don Miguel Hidalgo.

En 2009, dentro del marco de los festejos del Bicentenario, el Gobierno del Estado de Coahuila produjo el video de animación en alta definición llamado Hidalgo, el hombre, en el que se trata de retratar al cura Hidalgo en su aspecto más humano, no como estatua de bronce. El video es dirigido por Omar Flores y Tomás Sánchez, y quien va llevando buena parte de la narración es el historiador Jean Meyer.

De las varias series que la televisión comercial mexicana sacó, seguramente te enteraste. Hubo un producción más, realizada por Discovery Chanel que tituló El grito que sacudió a México que difundió la historia entre varios países que hablan el español.

De lo producido por CONACULTA, creo todos vimos la afortunada película, Hidalgo, la historia jamás contada, en donde se nos da un aspecto un tanto cuanto destino a lo que, habitualmente se había mostrado en la pantalla.

Pero hubo otra película antes, en 2004 que se llamó precisamente Hidalgo, pero nada tiene que ver con la vida de nuestro Padre de la Patria, sino que, se está, creo yo, usando solamente el concepto de la palabra hidalgo, (hijo de algo, hijo de alguien), la historia sucede en 1890 en el Lejano Oeste. Esta película la puedes ver completa aquí.

miércoles, 5 de octubre de 2011

La memoria gráfica de Gustavo F. Silva en la Ruta de Hidalgo.

De Luis F. Silva no sé mucho, pero gracias a él, muchas de las dudas que tenía sobre la Ruta de Hidalgo fueron despejadas. Fue este fotógrafo michoacano quien junto con el historiador Luis Castillo Ledón recorrió, dicen ellos, 12mil kilómetros, yo más bien creo que 3mil, para recabar, por primera vez en la historia de México, la memoria gráfica del recorrido que siguió el Padre de la Patria. No tengo el dato de su nacimiento, quizá fue en 1880. En 1907 es cuando realizan el viaje y sus tomas fueron hechas en lo que para entonces seguía estando de moda: el daguerrotipo, o al menos eso fue lo se trató de difundir, ya que el proyecto fue concebido por el entonces Ministerio de Instrucción Pública, para que, en las Escuelas de México, los niños vieran a través de esa magia que causaba el daguerrotipo, los lugares por donde el Padre de la Patria pasó. A continuación veremos unas de las tomas realizadas por Gustavo F. Silva, las cuales tomé del sitio electrónico de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Celaya, Guanajuato. Por este balcón fue donde el cura Hidalgo aventó monedas para conseguir "adictos a la Insurgencia"

Toluca, Estado de México. Aquí fue donde durmió luego de que corrió el rumor de que don Miguel Hidalgo estaba repartiendo los bienes de la Hacienda de San Nicolás.

Cuando el río Lerma era caudaloso, los cruces eran de vital importancia, uno de ellos se realizó en este puente, el de San Bartolo, antes de entrar en Toluca.

Cuajimalpa fue el punto más cercano a donde los Insurgentes llegaron en la víspera de Todos Santos, pero el cura Hidalgo decidió dar marcha atrás.

Aculco fue el lugar de la derrota que marcó la separación definitiva entre Hidalgo y Allende.

El Puente de Calderón fue la estocada final para esta primera etapa del movimiento de insurrección.

La Hacienda de Santa María, en el actual Coahuila, días antes del prendimento en Acatita de Baján.

Nota: La razón por la cual estoy usando esta vez la marca El Bable, se debe a que el blog de donde se desprende este ejercicio que estas viendo ahora "Cabezas de Águila", el día de hoy está llegando a su artículo número 1000.

lunes, 3 de octubre de 2011

Los buenos, los malos y los siniestros: El Padre Torres

450.- De éste personaje habíamos dado ya una breve semblanza. Esta muy ligado a la historia de la zona sur del Bajío en el capítulo de la Independencia, era un sacerdote católico que fue sacerdote porque no tuvo otra opción, no fue devoción la suya. Fue también incendiario, en el sentido literal de la palabra ya que fue quien prendió fuego al templo agustino de San Pablo en Yuriria. Malamente se le confunde con José Antonio Torres, el amo; ya que ambos llevan el mismo nombre: José Antonio Torres, pero la diferencia, amén de sus acciones, eran los apodos, uno, el bueno: el Amo; el otro, el siniestro: el Padre. Leyendo una de las varias traducciones que se han hecho a la obra del norteamericano William Davis Robinson, la de Virginia Gueda, encontramos lo siguiente:

Habían nombrado para el supremo mando militar a un sacerdote llamado don José Antonio Torres, que había sido elevado a rango de mariscal de campo. Durante las primeras etapas de su carrera, Torres dio algunas muestras de valor; pero apenas alcanzó el poder mostró tener el carácter de un demonio. Era cruel, vengativo y codicioso, sin perdonar ni a patriotas ni a realistas para satisfacer sus pasiones. De la manera más arbitraria impuso tributos a todos los hombres de fortuna que se hallaban dentro de la zona que dominaba y continuó tratando con tales indignidades a los criollos en quienes veía la más mínima posibilidad de encontrar oposición a sus designios, que muchos de los que se habían quedado se vieron obligados, a su pesar, a huir con los realistas en busca de protección.

Bajo los pretextos más frívolos mandó ajusticiar a varias personas de quienes se sospechaba le eran hostiles o que podrían convertirse en sus rivales. La envidia era el rasgo predominante de su carácter; tampoco le importaban los sacrificios que debían realizar para liberarse de quien esperaba oposición. A pesar de sus propensiones viciosas y de sus rasgos viles, poseía la buena cualidad de una adhesión sincera a la causa de la república. Hacia los españoles guardaba una antipatía invencible. Desdeñó las muchas insinuaciones que se le hicieron para atraerlo al partido realista, y ni las ofertas de rango o de dinero pudieron introducirlo a dudar de su determinación. La siguiente anécdota exhibirá con más claridad su enemistad hacia los gachupines y demostrará que cuando su patriotismo estaba involucrado no valían ni los mismos lazos de parentesco.

En cierta ocasión, dos de sus hermanos más jóvenes cayeron en manos de los realistas. Fueron obligados a escribirle diciéndole de que sus vidas dependían de que Torres abrazara la causa del rey y que, de no hacerlo serían fusilados. A esta súplica dio la siguiente respuesta: La proposición de los realistas ha servido tan solo para provocarme mi indignación. Si el enemigo no los fusila, tened cuidado de caer algún día en mi poder, pues en tal caso recibiréis por mi mano la muerte que no os dieron los realistas por haberos atrevido a colocar vuestras vidas en un plano de igualdad con el interés de vuestro país y por proponerme condiciones tan deshonestas".

Torres tenía bajo su mando una extensión inmensa de territorio que dividió, como en el antiguo sistema feudal, en distritos o comandancias. Era un rasgo prominente de su política el escoger para el gobierno de estos distritos a hombres cuya enorme ignorancia los sometía a su voluntad y los convertía en sujetos apropiados para promover sus proyectos de dominio absoluto. Estos comandantes seguían el ejemplo puesto por Torres y dirigían principalmente su atención a sus placeres personales. Sin un gobierno capaz de poner obediencia, se vieron sin control sobre sus procedimientos y actuaron de acuerdo con sus propios deseos en sus respectivas comandancias.

Consideraban que las rentas del estado no pertenecían al público sino que eran de su propiedad personal y que hacían un favor a la república cuando algunos de los fondos se empleaban en su servicio. Las fuerezas que levantaban eran tan solo las que juzgaban necesarias ya ellas se les enseñaba a considerar a los comandantes como a sus dueños cuyas ordenes solamente debían obedecer.

Los paisanos eran vistos como siervos carentes de cualquier privilegio a los que se tenía derecho de dañar y la soldadesca podía hacerlo sus víctimas con impunidad. Cada comandanate se convirtió, en su distrito, en un tirano en pequeño; los intereses del país no eran ya vistos como los objetivos primordiales sino que fueron sustituidos por una dedicación a la autocomplacencia, mientras que el objeto y fin principal de sus esfuerzos fue el preservar la buena voluntad del sultán Torres. Este por su parte, era un experto en las artes necesarias para conseguir la buena opinión de estos hombres. Torres apostaba y bebía con ellos y tomaba parte en carreras y en peleas de gallos, en cuya ciencia era extremadamente hábil, hasta que los participantes se quedaban sin dinero. En suma, mientras los comandantes actuaran de acuerdo con sus instrucciones nada averiguaba ni le importaba cuál era su conducta.

Por lo tanto no fue extraordinario el que Torres, después de haber sido nombrado comandante en jefe, mantuviera un poder absoluto y se obedecieran sus ordenes de inmediato y sin reservas. Si estas hubieran emanado de un hombre famoso por su conducta correcta y honrada no hubieran sido vistas con mayor temor ni reverencia. Su cuartel se hallaba en la parte superior de la montaña de los Remedios que fortificó a costa, y ruina, de muchas de las familias que vivían al rededor de su base.

Allí, rodeado de mujeres y de todos los lujos que brindaba la región, se tornó indolente y caprichoso, emitiendo los más arbitrarios decretos y, como un semi dios, desde su elevado sitial sonreía al ver los efectos que causaban sus imperiosos mandatos en los fieles americanos que lo apoyaban. En el apogeo de su gloria se le veía rodeado de sicofantes y de mujeres que cantaban canciones del peor gusto en su honor, mientras Torres, recostado en un lecho y abanicado por una mano delicada, escuchaba con embeleso la adulación más burda y prorrumpía en ruidosas carcajadas provocadas por la satisfacción que sentía.

Hinchado de vanagloria y regocijándose en ella, a menudo exclamaba: "yo soy jefe de todos el mundo". Tal era el carácter del jefe d los revolucionarios en las Provincias Occidentales... (1)

En la última fotografía vemos de lo poco que quedó en el incendio provocado por el Padre José Antonio Torres en el recinto agustino que "por el proceder tan brutal de Iturbide tanto en Yuriria como en Salvatierra, y por el hecho de que siempre que llegaba a Yuriria se hospedaba en el Convento; aunque siempre lo encontrba abandonado pues el cura Quintana se remontaba al cerro, temeroso de este troglodita, el jefe de una partida que se decía insurgente, y que era el Cura Cooperador de Huanímaro, don Antonio Torres, en el año de 1814, llegó a Yuriria y dando rienda suelta a sus instintos de priómano, quemó el Templo y convento por ser el alojamiento ocasional de don Agustín de Iturbide, constituyendo este acto de vandalismo un descalabro irreparable para la ciudad". (2)

Fuente:

1.- Robinson, William Davis. Memoiras de la Revolución Mexicana. Traducción de Virginia Gueda. UNAM. México, 2003.

2.- Guzmán Cíntora, J. Jesús. Yuririapúndaro. B. Costa-Amic, Editor. México, 1978.