jueves, 30 de septiembre de 2010

Las estelas de Cabezas de Águila llevadas al mural

Considerando que la escultura de la Cabeza de Águila diseñada por el maestro Tomás Chávez Morado es en sí una obra de arte, encontramos antes de dejar el estado de Michoacán en este recorrido que estamos haciendo a lo largo de la Ruta de Hidalgo, encontramos en la ciudad de Vista Hermosa un mural que exalta la importancia de estos monumentos.


Es en la Presidencia Municipal de Vista Hermosa en donde se recrea la estela de Cabeza de Águila y la ruta seguida por don Miguel Hidalgo, obra del maestro Nicolás, en la cual recrea los más importantes y significativos pasajes de la historia de México en este Bicentenario.


Es la primera vez, hasta esta parte que es casi la mitad del largo recorrido de 260 estelas de Cabeza de Águila, en que veo que son plasmadas en un mural, marcando con esto, entendiendo con esto, el profundo mensaje que ellas encierran.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Don Miguel Hidalgo y Costilla, sus monumentos -5-

101.- Presidencia Municipal de Tarímbaro, Michoacán


102.- Tareas Escolares, escena de la masacre de Granaditas


103.- Publicidad en los paraderos de autobús en Morelia, Michoacán


104.- Presidencia Municipal de Irapuato, Guanajuato


105.- Leche Lala en su edición conmemorativa del Bicentenario


106.- Presidencia Municipal, Morelia, Michoacán


107.- Revista Insólito, edición del Bicentenario


108.- Iluminaciones especiales del Bicentenario en Salamanca, Guanajuato


109.- Revista Proceso, pintura en el Palacio Nacional


110.- Hidalgo en la edición de moda de El Universal


111.- Hidalgo como muñeco en el Bicentenario


112.- Hidalgo en la Lotería del Bicentenario


113.- Plazoleta Hidalgo el 15 de Septiembre 2010, Salamanca, Guanajuato


114.- Hidalgo en todas las revistas de la semana del Bicentenario


115.- Puente de Calderón, Zapotlanejo, Jalisco


116.- Hidalgo interpretado por Damián Bichir, fotografía de Miguel Dimayuga, publicada en Proceso.


117.- Iluminación especial en el Zócal. Gracias Jesús Hernández por esta fotografía.


118.- Hidalgo en la versión de dibujos animados


119.- Hidalgo según la versión del Museo de la Basílica de Guadalupe


120.- Tepotzotlán, Estado de México


121.- Villa del Carbón, Estado de México


122.- Presidencia Municipal de Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco


123.- Autopista México – Querétaro, Kilómetro 60


124.- Tepeji del Río, Hidalgo


125.- Tlaquepaque, Jalisco

Si quieres ver los monumentos anteriores, entra aquí:

http://cabezasdeaguila.blogspot.com/2010/08/don-miguel-hidalgo-y-costilla-sus.html

martes, 28 de septiembre de 2010

Niñas Guadalupe, Josefa, Prudencia y Luisa Moreno Pérez.

Veíamos apenas ayer como un nutrido grupo de mujeres en Pénjamo, Guanajuato fueron víctimas de los abusos de poder que, siendo coronel en el Bajío, Agustín de Iturbide realizó contra de ellas. No solamente contra las mujeres, sino también en contra de sus pequeños hijos, los cuales, al igual que sus madres fueron obligados a caminar desde Pénjamo hasta Irapuato y de allí a Guanajuato, con escasa comida y a marcha forzada que les iban marcando los elementos del ejército realista. Algunas de ellas enfermaron en el camino, otras más murieron junto a sus hijos, sea por la viruela, enfermedad común en la época o por el excesivo ejercicio al que se vieron obligados, y vuelvo a marcar una cosa, no fueron solo las mujeres las agraviadas por el que sería luego el primer emperador de México, sino también sus hijos.



Si de la participación de las mujeres en la lucha por la Independencia apenas estamos conociendo nombres más allá de las dos principales heroínas, cuyos nombres todos conocemos y evitaré escribir, más aun desconocemos de la participación de los niños. Es, seguramente el caso de Narciso Mendoza, el llamado niño artillero y su grupo de Emulantes, que en el Sitio de Cuautla tuvieron una importante actividad, pero, ¿y las niñas?. Las niñas tuvieron si no una participación activa en la Independencia si fueron víctimas consecuentes de las acciones entre realistas e insurgentes, tal es el caso de Guadalupe, Josefa y Luisa Moreno Pérez.



Efectivamente, los apellidos suenan conocidos, se trata de los hijos de Pedro Moreno y Rita Pérez Jiménez, ella nacida en San Juan de los Lagos el 23 de mayo de 1779, hija de José María Pérez Franco y Rafaela Jiménez. Casi al finalizar el siglo XVIII, en 1799 es cuando contraen matrimonio, procreando cinco hijos, María Guadalupe, Josefa, Luisa, Severiano y Prudencia.

La campaña de Moreno duró tres años seis meses y tuvo por teatro las escabrosas sierras de de Guanajuato y de Comanja, especialmente esta última, donde el patriota insurgente estableció una fortaleza en el Cerro del Sombrero, que tanta celebridad tiene desde entonces en las páginas de nuestra historia. Doña Rita acompañó en todo ese tiempo a su esposo, sujeta a todas las vicisitudes de la guerra, y aunque nunca se le vio que empuñara las armas, ocupando, como su esposo, los lugares más peligrosos del combate, estuvo siempre rodeada de inminentes peligros, luchando sin cesar en favor de la Independencia, con la inteligencia y el corazón, ora dando voces de aliento a los combatientes, ora curando las heridas de los soldados ora proporcionando toda clase de auxilios a los moribundos y en todo caso comunicando a todos los que la rodeaban, la constancia, la paciencia, la abnegación y el valor del que ella misma era un ejemplo mismo en las grandes contrariedades que se presentaban.

Viendo Don Pedro y Doña Rita que su hija Guadalupe no podía estar sujeta a tantos sufrimientos, por motivo de su pequeña edad, (contaba poco más de dos años) resolvieron ponerla bajo la custodia del padre Don Ignacio Bravo, que vivía en la Hacienda de Cañada Grande”. (1)



“La niña Guadalupe Moreno Pérez fue capturada en ese lugar por el capitán realista José Brillanti, quién evitó que el sacerdote mexicano Francisco Álvarez, conocido como “el cura chicharronero” por su crueldad, la degollara para escarmiento de Moreno, quién se negó a canjearla por un prisionero.

Este episodio ha sido interpretado como prueba del compromiso de Moreno con la Independencia, porque antepuso ésta a la vida de su hija en la carta de respuesta que dio a Brilanti y a Hermenegildo Revuelta, jefe militar de Lagos: “el extranjero Brilanti, ignominia y oprobio de sus paisanos o el crudelísimo Revuelta, pueden disponer de ella lo que sea más conforme a sus ideas”. (2)



“Los cuantiosos bienes de fortuna que poseía el héroe laguense, consistentes en las haciendas de La Sauceda, y Matanzas y el rancho Los Coyotes, una casa en Lagos y mucho semoviente, fueron decomisados por el gobierno virreinal, lo que indudablemente fue una herida para el corazón de Doña Rita Pérez, que con aquél acto se veía reducida a la miseria, lo mismo que sus hijos, los cuales se verían privados de la herencia que justamente les correspondía.

Luego de un largo sitio al fuerte de El Sombrero, fue llevada a León con todo y sus cuatro hijos, estando embarazada. Sus dos retoños más pequeños no soportaron las condiciones de su prisión y murieron y ella perdió al hijo que aún esperaba”. (1)

“Posteriormente fue encarcelada por varios años. Luego recibe la noticia del virrey Juan Ruiz de Apodaca, en donde le da permiso para trasladarse a donde deseara. De esta manera resolvió Rita Pérez y dos hijas que le quedaban, Josefa y Luisa, refugiarse en su hogar materno en San Juan de Los Lagos, en donde atendió un expendio de tortillas hasta su muerte, ocurrida en 1861”. (3)



Fuentes:

1.- http://www.senado2010.gob.mx/

2.- Delgado, Álvaro. Revista Proceso, 12 de septiembre, 2010. Reportaje: Ruta Olvidada. La puedes leer en el periódico A.M. de León:

http://www.am.com.mx/Nota.aspx?ID=426014

3.- Dávalos, Ignacio / Rivera Avelar, Elizabeth. Reportaje en Milenio, 28 de agosto, 2010. Rita Pérez ya descansa en la Rotonda.

http://www.milenio.com/node/517438

lunes, 27 de septiembre de 2010

Mujeres en la Independencia, el caso de Pénjamo, Guanajuato


El caso de la participación de las mujeres en el movimiento de Independencia nos conduce ahora a uno de los episodios más vergonzosos en donde la presencia de las mujeres se vuelve de carácter único, pues es a través de ellas que se ejerce la presión de la Corona española tratando de detener el movimiento que en el centro del Bajío había cobrado su mayor fuerza. El personaje que debemos conocer un poco para entender mejor este caso es Agustín de Iturbide, quien ambicioso, primero sirve al ejército realista y luego pasa al bando opuesto para pelear en contra de quienes primero defendió.


Se sabe de la ferocidad de Iturbide, dentro de su anecdotario destaca que siendo niño gozaba de arrancarle las patas a las gallinas para deleitarse viéndolas caminar con los muñones, con tan solo esta idea nos podemos figurar lo que fue siendo ya adulto. De su carrera militar podemos ver como se fueron sucediendo los ascensos, ingresó como alférez en el Regimiento de Infantería Provincial de Valladolid, estando bajo las ordenes del conde de Rul, quién, por cierto, en 1810 fue capturado en emboscada planeada por doña Catalina Gómez de Larrondo en las cercanías de Acámbaro y que, en buena medida, generó el cambio de ruta del movimiento insurgente que planeaba originalmente seguir de Guanajuato a Querétaro y de allí a la ciudad de México, en cambio, estando detenidos Rul y García Conde, el rumbo se cambió a Valladolid.


Meses después de la batalla del Monte de las Cruces Iturbide obtiene un ascenso y pasa a ser el Segundo Jefe del Batallón de Tula para que dos años más tarde, 1813, ostentara ya el rango de Teniente Coronel. Bastaría tan solo un año para que Calleja lo nombrara Comandante del Bajío y es allí en donde el que luego se proclamaría como I Emperador de México tiene su muy cuestionable actuación ya que, ensoberbecido por las derrotas y ejecuciones causadas a los aguerridos insurgentes del Bajío, entre ellos, María Tomasa Estévez Salas, quién por ordenes del cruel y sanguinario Comandante es fusilada y decapitada en Salamanca. Este acto sería, en buena medida, el inicio de una feroz persecución en contra de las mujeres. El levantamiento cobra especial fuerza en la parte sur de Guanajuato y es en Pénjamo donde encontramos a un grupo de casi 300 mujeres que son detenidas, junto a sus hijos por ordenes de Iturbide, acusándolas de una sola cosa: ser mujeres.


“El 29 de octubre de 1814, una semana después de proclamada la Constitución de Apatzingán, Agustín de Iturbide ordenó la detención de las mujeres insurgentes de la intendencia de Guanajuato y determinó, entre otras cosas: “que las mujeres e hijos menores de los maridos y padres que siguen el partido de los rebeldes, ya sea en clase de cabecillas, ya en la de simples insurgentes, seguirán la suerte de aquellos”… la vida privada de las mujeres que optaron por la insurgencia, se convirtió durante la guerra en un asunto de seguridad política…” (1)

Esa hecho de acusar a las mujeres de ir en contra del régimen incluía varios puntos, todos absurdos, todos faltos de moral y abiertamente misóginos, pues llegó el momento en que a toda mujer que no acatara las leyes establecidas por la Corona se le tildaba, prácticamente de prostituta, pues se decía que ofrecían favores sexuales y seducían a la tropa. Dentro del listado de cargos se incluía el contrabando de mensajes y de armas, el espionaje y la conspiración, el apoyar económicamente a los insurgentes, el auxiliarlos como guías en los caminos desconocidos, el darles comida y agua, el curarles heridas y funcionar prácticamente como enfermeras y lo peor aun, por enterrar a los muertos.


De la lista de las denominadas “Mujeres de Pénjamo”, episodio cruel de la guerra de Independencia, encontramos los nombres de:

Arellano, Petra
Arias María
Barrón, María Regina
Bribiesca, María
González, Rafaela
Gutiérrez, Manuela
Izarrarrás, María Vicenta
López, María de Jesús
Lozano, Lisa
Machuca, Ana María
Paul, Maria Josefa
Rico, Casilda
Rico, Maria Josefa
Sixtos, María Josefa
Suasto, María Manuela
Uribe, Francisca
Vedolla, Micaela
Villaseñor, Juana María

Junto “con otras varias mujeres fueron aprehendidas los días 29 y 30 de noviembre de 1814 en sus casas y calles del pueblo de Pénjamo y de la hacienda de Barajas de la misma localidad, por el coronel Agustín de Iturbide, comandante general de las Tropas del Bajío y Segundo Ejército del Norte. Con sus hijos fueron trasladadas unas a la ciudad de Guanajuato y otras a las de Irapuato, estas últimas fueron después trasladadas a Querétaro y luego liberadas…” (2)


Una de las acciones paralelas que se daban en la región del Bajío, a cargo de Agustín de Iturbide era que los insurgentes, además de seguir peleando, luego del fusilamiento de Albino García, siguieron, entre otros Andrés Delgado revolucionando, dentro de esas acciones se incluía la quema de pastizales y, en ocasiones de las haciendas, llevando consigo el saqueo a sus trojes. Se sabe que en el actual Irapuato y Salamanca, esto sucedió en varias ocasiones, uno de los lugres fue la hacienda de Temascatío. “Agustín de Itrubide, enfurecido por estas acciones, ordenó incendiar Valle de Santiago y todas las poblaciones donde hubiera simpatizantes de los rebeldes y, como medida ejemplar, amenazó con fusilar a las mujeres que tenía presas en las Recogidas de Guanajuato e Irapuato y a las (decía) “que en lo sucesivo aprehenderé” cuando los insurgentes cometieran ciertos delitos. Además aseguró que, para escarmiento de todos, las cabezas de las mujeres así ejecutadas serían colgadas en el sitio donde se hubiera cometido el delito que castigaba…” (3)


Siguiendo con el interesantísimo estudio hecho por la doctora Garrido Asperó en relación a la actividad de la mujer durante la insurgencia, encontramos que “la rudeza con la que fueron tratadas las mujeres de Pénjamo y de otras regiones durante la guerra de Independencia no solo fue una medida de fuerza para someter a los soldados insurgentes, es decir, ellas no fueron detenidas en calidad de rehenes. En realidad las autoridades y militares relistas estaban convencidos de que las mujeres actuaban a favor de la causa rebelde. Su plan para recuperar el control político y militar del territorio incluyó, además de la persecución militar de los insurgentes, el desmantelamiento de las bases de apoyo que los habitantes de los pueblos proporcionaban a los rebeldes y este apoyo era proporcionado por las mujeres que se quedaban en los pueblos.

Conscientes de la amenaza que representaban, fueron recrudeciendo los castigos contra las mujeres que eran detenidas. Si las calificaron de prostitutas, si hicieron referencia al “poder del sexo”, fue porque de esa manera negaban a las mujeres existencia política y desprestigiaban su posición recrudeciendo a una condición moral su conducta”. (4)


Fuente:
Todo lo que aparece en cursiva fue tomado de:

Garrido Asperó, María José. Disidencias y disidentes en la Historia de México. Capítulo: Entre hombres te veas: las mujeres de Pénjamo y la revolución de Independencia. UNAM. México, 2003.

Si te interesa ver los artículos anteriores sobre mujeres en la Independencia, aquí encontraras el listado de 147 de ellas:


Las biografías de la A a la L.

Las biografías de la M a la P

Las biografías de la R a la Z

Otras biografías:

domingo, 26 de septiembre de 2010

Paso de Hidalgo, municipio de Briseñas, Michoacán. Cabeza Número 123

Aquí estamos ante un dilema. Esta que vemos en la fotografía ¿es la Cabeza de Águila Número 115 ó 116? La duda surge debido a que en el pueblo de Paso de Álamos, que pertenece al municipio de Briseñas, Michoacán, y que hace límite con Jalisco, este límite lo forma precisamente el río Lerma y el puente que une a Paso de Álamos en Michoacán, con La Barca, en Jalisco, se denomina Paso de Hidalgo, debido a que allí fue el 23 de noviembre de 1810, cuando Hidalgo y sus 7mil jinetes cruzaron rumbo a Guadalajara.


Las fotografías del artículo anterior, el cual titulé Paso de Álamos, me las hizo llegar Sergio Adrián, un amigo virtual que me está haciendo el gran favor de ayudarme a documentar algunos sitios del estado de Jalisco que no me fue posible visitar. Dentro del paquete de fotos que me hizo llegar venían las del pueblo de Paso de Álamos, solo que, cuando yo fui, hace dos meses, vi una Cabeza de Águila que estaba semioculta en un huerto de duraznos en el anexo de la escuela primaria Niños Héroes.


Así que la duda existe. ¿Hay dos Cabezas de Águila en esa comunidad? ¿Cambiaron la Cabeza de Águila del huerto y le hicieron un nuevo pedestal que es el que ahora vemos en la plaza?... si alguien de Briseñas llega a ver este artículo será bueno que nos aclare que fue lo que pasó realmente. Mientras tanto daremos el número 116 a la estela que está oculta entre los árboles de durazno.


Quiero agradecer el apoyo que recibí de parte del H. Ayuntamiento de Vista Hermosa, Michoacán, quienes, interesados en la historia de México y orgullosos de lo que su municipio ofrece, participaron activamente con un servidor para lograr la ubicación de las Cabezas de Águila en esa región de México.