domingo, 16 de mayo de 2010

De la estancia de don Miguel Hidalgo y Costilla en Celaya. Septiembre 20-24, 1810

En Celaya solo había un piquete de soldados que no superaban los diez hombres que esperaban ser apoyados por los regimientos de Querétaro o Guanajuato, la respuesta del Ayuntamiento no llegaba y se tomó la determinación de marchar sobre la ciudad el día 20. Hidalgo entró al frente de los Insurgentes junto con Allende, Aldama y Abasolo, seguidos de un contingente superior a los 4mil hombres, llegando a la plaza de armas encontraron algunas trincheras y unos cuantos hombres apostados en las azoteas, la masa Insurgente reaccionó dañando unas cuantas puertas, pero finalmente el ayuntamiento y el clero salieron a recibirlos en medio de repiques de campanas.


Luego los levantados se dispersaron entregándose al saqueo de casas y comercios, Hidalgo calmó a la multitud arrojándoles puños de monedas, actitud que fue bien recibida en medio de vivas a Hidalgo y Allende. Al día siguiente se pasó revista en una llanura junto a la capilla de San Antonio donde se otorgaron los primeros nombramientos por aclamación de los levantados, correspondiendo a Hidalgo el de Generalísimo de América y a Ignacio Allende Teniente Coronel.


Luego del acto se produjeron los nombramientos, Hidalgo sostuvo una reunión con el Ayuntamiento, el cual fue reestructurado en sus puestos faltantes que habían sido ocupados por españoles, la asamblea reconoció los cargos y se adhirió al plan contra los españoles. Luego Hidalgo dictó una carta al Intendente Riaño indicándole las razones del movimiento y advirtiéndole de los riesgos de no considerar la seriedad del movimiento Insurgente.


La respuesta del Intendente Riaño llegó el día 23 en los términos de dejar claro a Hidalgo que como intendente no cedería en su deber de defender los intereses del Rey Fernando VII y de los españoles. La determinación inmediata de Hidalgo fue entonces reiniciar de inmediato la marcha hacia Guanajuato. (1)


Será bueno anotar que Hidalgo y Riaño se conocían desde hacía tiempo, sabemos que don Miguel gustaba de la vida social, siendo rector del Colegio de San Nicolás en Valladolid, Riaño se encontraba entonces como Intendente en esa ciudad. “Con el intendente de Guanajuato, Juan Antonio Riaño, a quien trataba desde que fungía con igual rango en Valladolid, departía a la mesa con frecuencia. Entonces peroraban no solamente sobre las exquisiteces de los platillos, sino sobre los recientes acontecimientos del Viejo Continente, a los pies de Napoleón Bonaparte”. (2)


Fuentes.


1.- Vidaurri Aréchiga, José Eduardo. Testimonios sobre la toma de Guanajuato. Archivo General de Guanajuato. Guanajuato, 2002.


2.- Martínez Álvarez, José Antonio. Miguel Hidalgo. Marcha de la libertad. Consejo Consultivo Editorial del Bajío. Celaya, 2008.


Nota Aclaratoria:


La razón por la cual las fotografías aparecen con la marca El Bable 500 se debe a que hoy el blog http://vamonosalbable.blogspot.com llega a su artículo número quinientos.


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