lunes, 12 de abril de 2010

De cómo fueron hechas las Cabezas de Águila

Hace poco leía en el periódico Correo de Guanajuato una entrevista hecha a don Isauro Rionda, Presidente de los Cronistas del Estado de Guanajuato en la que dijo lo siguiente: “El material del que están hechas es de cemento, seguramente el maestro Tomás Chávez Morado realizó una y de ahí se tomó el molde para dar vida a las más de 260 que había en toda la República, y digo había porque poco a poco han ido desapareciendo.” Y sí, en efecto, lo que don Isauro supone es cierto: están hechas de cemento; también es cierto que se están perdiendo. La que estamos viendo se ubica en una comunidad cercana a la laguna de Yuriria que, sorprendentemente se encuentra en perfecto estado, luego de 50 años de su colocación.


Muchas de las Cabezas de Águila se encuentran a la orilla de alguna carretera o camino, y, en casos como éste que vemos, también muy cercano a la laguna de Yuriria han sucedido cosas como las que estamos viendo, de ello hablaremos más adelante, ahora tomaremos este ejemplo para ver el alma de la escultura, la cual, es una armazón de varilla, que sirve de base para luego hacer un vaciado con cemento que en el exterior irá pulido.


En otras circunstancias, ha sido el paso del tiempo y no la acción humana la que ha dañado a la escultura, como lo vemos en esta Cabeza que se ha ido abriendo, quizá por la acción de la lluvia y el sol. Los cambios de clima que, prácticamente, la están partiendo en dos. Su ubicación es en las cercanías de Aculco, Estado de México.


En esta foto claramente vemos la armazón y la mezcla de cemento con grava para darle la solidez necesaria, luego el recubrimiento de cemento en el molde, dándole idéntica forma a todas y cada una de las 260 Cabezas de Águila producidas en los talleres del INBA. Luego hubo quienes las fueron pintando, llegando a casos extremos en ocasiones, eso también lo veremos más adelante.


Aquí vemos más claramente como se formó el alma, la estructura de la Cabeza de Águila, para luego meterla en el molde y darle la forma exacta.


La cubierta de cemento tiene una malla de alambre para darle aun más solidez, está muy cerca de la capa final, la que luego fue pulida para que luciera y se conservara aun mejor.


Esta Cabeza seguramente recibió una pedrada, igual de un vándalo que de un camión materialista, pues está a un lado de una carretera altamente transitada. En ese despostillado se ve la malla que encerraba toda el alma completa.


Las placas que identifican a la Ruta de Hidalgo están hechas de la misma manera, con malla de alambre revestida de cemento. Todas son iguales pero, al igual que las Cabezas, algunas han sido pintadas, como lo podemos ver aquí.


Esta Cabeza que se ha ido partiendo en dos, sirve como colmena, si pasas por ahí cerca, ten cuidado, en ocasiones están bravas. Se ubica en la que fuera la Hacienda La Cofradía, en el Estado de México.



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